Ya dije hace poquito que el libro «Antes de que se me olvide» de Juanma López Iturriaga me había gustado mucho y tengo que agradecerle que me aliviara un vuelo de muchas horas, pues según lo empecé, en aquel avión lo terminé. El imaginario colectivo y la sana costumbre del protagonista de reírse hasta de si mismo, nos lo retrata como un palomero contumaz pero la revisión arqueológica va a más allá, como puedes comprobar en el montaje de vídeo que le regalo a todos los aficionados al basket, sobre todo a los «ochenteros». Iturriaga ha sido jugador importante en la Selección y el Madrid, presentador de televisión, cronista de deportes de periódico de los gordos, comentarista de los más grandes éxitos de nuestro basket.Y yo añado: alérgico a la falsa modestia y con un aroma a libertad en sus acciones y palabras. Es un perfil, un personaje que merece una revisión.
Me apoyo en lo que escribió una importante pluma de «El País» de él, ideas resumidas en dos frases:
«No es de los que van a entrar en la Historia, pero sí de los que no han pasado desapercibidos»
«Iturriaga supo hacer una virtud de la contradicción»
Rebote de Wayne Robinson, primer pase a Corbalán, barba tupida que galopa, recibe y acaba. Itu, caballo salvaje.