En otra dimensión, ayer España estaba ganando de 15 puntos al descanso, gracias a los puntos de transición rápida que anotamos y a las antideportivas que nos pitaron.Fue un partido tranquilo pues a partir de agarrar esa diferencia, controlamos los nervios y a Grecia se le hizo cuesta arriba la ansiedad de remontar tanto.Sucedió gracias a la defensa, robos de balón y control de rebote.
En la realidad, el partido se decidió por apenas dos puntos para España y no sitvió de nada correr, pues Calathes, Spànoulis y sus secuaces usaron hasta cinco faltas tácticas para que no anotáramos con fluidez pese a las buenas sensaciones y buen basket que estábamos haciendo atrás, la máxima fueron 9 puntos y siete al descanso.
El Pabellón de Lille es enorme y según leí las entradas son caras, pero incluso así, ¿qué se puede hacer para que un partido como el de ayer no deje tantas localidades por ocupar? Pues fomentar un basket más atractivo para el que no va con bufanda porque su equipo no está en juego, es decir para el gran público, no solo para el aficionado acérrimo de los suyos.
La muerte del baloncesto rápido, es un terror de situación.